13 de agosto de 2007

Comencemos...

De París a Barcelona
Viajo desde que existo

Mis recuerdos están organizados por destinos. Los viajes son, sin duda, protagonistas de mi vida. Viajo para disfrutar, viajo para aprender, para relajarme, para huir, para regresar, para admirar, para sentir que vivo la vida. Me siento afortunada por ser una de esas que disfruta el antes, el durante y, sobre todo, el después de un viaje. Parto a cada destino cargada de ilusiones, regreso con mil memorias. Viajé durante mi niñez, de adolescente y hoy no encuentro mejor manera de invertir mi energía, tiempo y dinero.

Viajes, míos y de otros

Crecí viendo diapositivas maltratadas ya por el tiempo de las rutas de mis padres por Europa y Africa. Me cuentan que me engendraron en París pero, por amor a Venezuela, volé cuando aún no pensaba nacer de regreso a la que hoy es mi tierra de origen.

Otro viaje "de estudios", hizo que regresara de niña a París.
Las fotografías certifican que fue allí cuando comencé a viajar en coche y tren. Vagamente recuerdo que caminé por el Mont Saint Michel.

La vida quiso que mi hermano y mi madre, por razones que los lectores de este blog conocerán, viajaran una y otra vez a Moscú. Estuve (y me perdí) en Moscú cuando contaba con 7 años. Este viaje significó el reencuentro con mi mamá y mi hermanito (cuando aún era chiquito), luego de una eterna de separación. Nuestro gran reencuentro fue celebrado con un viaje a España. Recuerdo que comí queso manchego en La Mancha, que imaginaba a Don Quijote luchando con los molinos, que me enamoré de La Alhambra.

Mi padre, puede también contar su historia en viajes. Queriendo o no, se ha pasado la vida viajando. Viajé a verle no se ya cuantas veces de Caracas a París. Aún recuerdo aquellos días en el piso de Montparnasse, lo que me enriquecía estar cerca de mi papá. Hoy cuento los días para repetir la experiencia, esta vez volando de Barcelona a Miami.

Los viajes siguieron separándome y reencontrándome con mi familia una y otra vez, hasta el día de hoy.

En 1999 emprendí el que, sin duda, sería el viaje más importante de mi vida. Comenzaba mi vida en Barcelona, una apasionante aventura que, de momento, no tiene fecha de fin.