14 de agosto de 2007

Mi mapa del Mundo

Caracas: Quizás el único interés que esta ciudad tenga para mí, es que nací y crecí allí. Aunque mi destino era nacer en París, mis padres decidieron que era mejor que viniera al mundo en la Venezuela de entonces, de economía boyante. De Caracas me quedo con mi Ávila frondoso, con los multitudinarios y eternos almuerzos/meriendas/cenas familiares de domingo en la Quinta Silesta, con mis mañanas de fin de semana escuchando Moustaki y Charles Aznavour.
Me quedo con mi familia, no pude tener una mejor.

Chichiriviche (Morrocoy): Recuerdo con especial amor a mis abuelos paternos. Juan Esteban y Deborah son sinónimos de Chichiriviche.
En Chichiriviche ví las primeras “garzas” de mi vida, construí mis primeros castillos de arena, me picó la primera medusa.
Me quedo con esos intensos días de playa en Cayo Sal, con las manos de mi abuela Deborah untándome crema Nivea en la espalda, con las fiebres de insolación de mi hermano Leo.

París, siempre París: Literalmente, me engendraron en París. Desde que salí de allí, siempre termino volviendo. He visto París niña y adulta.
Me quedo con las mañanas de fin de semana disfrutando con mi petite bateau en los Jardines de Luxemburgo, con los petite suisse de cada mañana, con los mimos de la conserje española del edificio, con los días de verano junto a mi papá en su piso en Montparnasse y los subsiguientes desayunos de baguette con mantequilla sin sal (hmmm); con las calles empedradas de Saint Michel.

Moscú: Puf! Moscú. Mi vida se divide en antes y después de Moscú. El viaje de mi mamá y mi hermano allí supuso nuestra separación pero también el reencuentro. Descubrí el Moscú comunista a los 7 años y el Moscú post comunismo a los 28. De Moscú, me quedo con los desayunos de huevos con caviar (era lo único que mi mamá sabía decir en ruso), con el abrazo desesperado de mi mamá al reencontrarnos, con la rosa roja medio marchita y el enorme peluche de la Osa Mishka con los que Leo me recibió, con los conciertos de música clásica en las bocas del Metro, con mi reencuentro con La Plaza Roja, 20 años después.

Lecco y el descubrimiento de Italia: Lecco, pueblo diminuto y adorable, a orillas del Lago de Como. Esta vez no hay separaciones. Todos nos trasladamos a Lecco.
Me quedo con el hermoso lago, las copiosas cenas en La Vechia Lecco, con las comidas con mi papá en Da Brunilda, junto a aquel “loco del pueblo” que peleaba con un reloj impuntual que marcaba la 1 cuando eran las 3. Me quedo con nuestros viajes en Pomponio, la carcachita roja, de 4 ruedas, que nos permitió descubrir Italia.

Barcelona: Mi ya no tan nuevo hogar. Vine a estudiar y nunca quise dejarla. Barcelona sólo me ha dado buenos momentos, me ha hecho adulta y me ha abierto las puertas del mundo. Me quedo con mis primeras copas de cava en La Champañería, con mis noches eternas de fin de semana en El Rabipelao, junto a mis buenos amigos Carlos, Paco y Andreína, Me quedo con Gracia, toda ella, al completo; me quedo con los cafés y las tertulias con Gianna, con mis Navidades en familia, con Betto, con mis comidas de domingo en casa de Leo y Emilys, con mis borracheras con "Tamarindo", con Jordi, con él y con mi nueva vida.

India: Fue mucho más que un viaje. Mi encuentro a solas con India supuso la superación de miedos e inseguridades. Sobre todo me hizo crecer.
De India, me quedo con la imagen de Ramesh, que con su super taxi, siempre blanco, siempre reluciente, me ayudó a descubrir Agra, Jaipur y cualquier poblado que existe en medio. Me quedo con Goa, con los días en Anjuna, con la agradable brisa y el atardecer en la playa de Arambol, con las eternas ganas de volver...




Lo de antes y lo de después
Cómo nace un viaje

“Lo mejor de los viajes es lo de antes y lo de después”, decía el escritor belga Maurice Maeterlinck. Pocos entienden el placer que me produce preparar un viaje. Desde la elección de un destino hasta la búsqueda de hotel, billetes, etc. es para mí una auténtica aventura.

He aquí, "lo de antes" de un viaje.

¿Cómo comenzar? Cada viajero, a lo largo de los años, va desarrollando una técnica para organizar su viaje. A continuación, les comento la mía.

Eligiendo destino: este paso, que es básico, es quizás el más complicado precisamente por lo sencillo que parece. No se trata de coger el mapamundi y colocar el dedo al azar sobre un país, tampoco de mirar un catálogo o escuchar comentarios de algún amigo y acto seguido, comprar el billete. Primero que nada, hay que auto contestarse las siguientes interrogantes:

1) Qué experiencia quiero vivir? Quiero relajarme? Quiero aventura? Quiero ver templos y museos? Lo importantes es ser honestos. Si en algún momento de la vida no nos interesa la cultura, no debemos avergonzarnos. Recuerden, los viajes son para disfrutar no para demostrar.

2) Cuánto quiero gastar? No sólo se refiere al costo del billete y del hotel. Probablemente salga muy bien de precio un billete y, con suerte, un hotel en Londres pero, cuánto nos gastaremos en comida, en transporte?

3) Cuándo quiero (puedo) viajar? Indispensable saberlo. Goa en verano está tirado de precio pero las fuertes lluvias de Agosto impiden salir del hotel. No por casualidad las guías de viaje tienen un apartado especialmente dedicado a la mejor época del año para visitar cada destino.

Planeando el viaje

Y qué haré en el destino? Lo confieso, por muy viajera independiente que me considere, necesito tener buena parte del viaje planificado. No puedo embarcar rumbo a Tailandia sin antes saber qué quiero visitar. El tiempo, mientras viajo, es sumamente valioso. Prefiero gastar unos pocos euros más en lugar de pasar horas con una mochila enorme y pesada buscando hotel.

¿Cómo elegir dónde ir?

Sencillo. El primer paso consiste en recopilar la mayor cantidad de información posible por medio de guías, foros y, muy importante, fotografías.

Guía de viajes, mapa, fotos y foros: Este es para mí, el primer paso a seguir, una vez que he elegido destino. Mis favoritas son la Rough Guide (difícil de conseguir) y Lonely Planet. A mi las guías me sirven, sobre todo, al inicio de un viaje. Viendo el mapa del país/ciudad, estudiando muy bien cómo llegar de una ciudad a otra, el medio de transporte más recomendable para moverse dentro de la ciudad y el país. Es importante contar con una buena guía, donde se hable de aspectos imprescindibles de cada destino que vayan más allá de una somera explicación. Si viajo con niños, probablemente no quiera ir de vacaciones donde los adolescentes van de marcha, por ejemplo.

Las fotografías me ayudan siempre a decidir dónde ir. Quizás sea una manía y algunos lo consideren poco importante pero me gusta “ver” para decidir. Esta especie de “tortura” pre viaje me motiva e ilusiona. Los foros son también herramienta imprescindible en mi planificación de viaje. Obviamente, hay que saber muy bien a cual foro acudir. Lo importante es encontrar uno en el que compartas intereses/aficiones con los participantes. Lamentablemente, en español no conozco ninguno realmente útil. Mi segunda casa en “Internet”, es una maravillosa comunidad de viajeros virtuales llamada Virtual Tourist. El foro es de los mejores que he encontrado.

Eligiendo hotel: No es que me guste tener todo un viaje calculado pues creo que esto le quita valor. Sin embargo, para viajes cortos me resulta básico elegir un buen hotel. La premisa a seguir es: un hotel céntrico, que ofrezca buena relación calidad/precio, lo más cerca posible de las atracciones a visitar o de la vida nocturna. Normalmente, prefiero pagar un poco más y poder llegar caminando a los sitios de interés. Obviamente, no en todos los destinos es posible llegar a pié a las atracciones pero en muchas ciudades en las que monumentos y museos están en un radio muy corto, resulta absurdo alojarse en un sitio cercano a una estación de Metro.

Los foros y los comentarios de usuarios que ya hayan visitado hoteles me resultan hoy imprescindibles para elegir alojamiento. Por norma general reviso las críticas de usuarios de Venere.com, Asiarooms.com, Tripadvisor.com.
Haciendo la maleta: Soy siempre partidaria de llevar la menor cantidad de equipaje posible. Enseñanza de mi padre: intenta siempre llevar sólo equipaje de mano y si es imposible, entonces mete en la mochila todo aquello que te dolería perder si extravían la maleta. Quizás gracias a este sabio consejo jamás se me han arruinado unas vacaciones.
Dentro de los artículos indispensables a llevar me pregunto si la guía de viaje debe estar incluida? Luego de cargar toda una vida con unos cuantos gramos de peso extra, he decidido que a partir de ahora, la guía se queda en casa. Indispensable para planear un viaje, la guía se transforme en un estorbo durante los viajes. Consejo: fotocopiar lo más importante.

Llegada a destino: ¿Cómo me trasladaré del aeropuerto a la ciudad de destino? Parece sencillo, ¿no? Muchos imaginan que en cualquier destino resulta fácil. Error, por ejemplo, si llegamos a altas horas de la madrugada al puerto de Atenas, nos veremos obligados a pagar un taxi o esperar durante horas un bus. Si por despiste o porque creemos que resulta más económico volamos con Ryanair a algún aeropuerto que llaman “secundario”, probablemente nos resulte costoso y largo el camino Apto/Ciudad.

Otro detalle que merece ser considerado, es el cambio de divisas. No en todos los aeropuerto del mundo las casas de cambio de moneda trabajan 24 Horas. Conviene llevar algo de cambio.